Una Junta inculta


Una vez más la Junta de Castilla y León nos ha deleitado con un guiño al mantenimiento de nuestros edificios emblemáticos (cáptese la ironía) y han decidido poner punto y final a la vida del teatro más antiguo de nuestra ciudad: el Teatro Bretón. Y lo han hecho de un plumazo, negándole la consideración de Bien de Interés Cultural. Y es que con seguridad que su resolución hubiese sido diferente si el Bretón estuviese en una ciudad castellana y muy especialmente en Valladolid, pero como los del "Oeste" no salimos casi nunca a protestar pues les llenamos de razones para que se rían de nosotros a la cara día sí día también.

Duele especialmente que la Junta tome posiciones de este tipo y luego presuma de defensa de la
cultura y se haga llamar defensor de los ciudadanos de este engendro de comunidad. Con el derribo del Bretón Salamanca perderá uno de sus símbolos culturales y una parte muy importante de su historia pero cuando hay dinero y especulación urbanística de por medio parece que eso no es razón suficiente. Para la Junta parece que es más rentable financiar marcas absurdas o fundaciones del tipo 'Villalar' que no proporcionarán más bienestar a los ciudadanos y que, si esas partidas destinadas a "crear sentimiento regional" se destinasen a otro tipo de cosas podrían lograrse que el Bretón siguiese vivo o que se reabriese las líneas férreas de la Plata o La Fregeneda, pero parece que hay que asegurar primero esta comunidad birregional para así tener el sillón asegurado totalmente.

Por todo ello desde Ciudadanos del Reino de León mostramos nuestra indignación ante la decisión de la Junta y de paso le recordamos que los del "Oeste" de su engendro autonómico también pagamos impuestos. Y es que si viviésemos en una comunidad autónoma medianamente civilizada el Bretón habría de seguir en pié, pero parece que aquellos que nos acusan a los leonesistas de "cavernarios" siguen empeñados en darnos lecciones de cultura. No al derribo, sí a la cultura.

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