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Dos regiones

A la Junta de Castilla y León le preocupa el estatus de esta artificial comunidad autónoma en el contexto nacional, ya que ocupa uno de los últimos puestos en cuanto a desarrollo y renta per cápita e igualmente le preocupa que las nueve provincias estén tan desarticuladas y no haya un sentimiento homogéneo de comunidad. Y tienen razón en preocuparse ya que llevan gobernando los mismos durante veintidós años y, con todo su aparato propagandístico, no han sido ni van a ser capaces de ocultar la realidad en la que vivimos.

Todo esto radica en un error que se cometió hace veinticinco años y no se ha querido enmendar: la negación de la existencia en esta comunidad autónoma de dos realidades regionales. Mientras otras regiones españolas se organizaban en autonomías basándose en el sentimiento de pertenencia a dichas regiones, aquí se generaba un engendro artificial que prescindía de los sentimientos tanto de leoneses como de castellanos, siendo el resultado nefasto para todos excepto para la ciudad de Valladolid a cuyo crecimiento y desarrollo de su capitalidad han contribuido las personas, recursos y capitales de la Región Leonesa sin obtener contrapartida alguna.

La gestión de los diferentes gobiernos que ha tenido esta comunidad autónoma se ha basado en el centralismo, a pesar de ser la unidad política autónoma más grande de Europa, donde centralizar supone restar, disminuir el potencial de cada territorio. Y así nos encontramos con que después de tantos años no se ha querido dar solución a nuestro principal problema, que no es otro que el de la emigración de la juventud y el envejecimiento de la población. Se quejan nuestros dirigentes autonómicos de que con dos millones y medio de habitantes estamos en inferioridad de condiciones frente a otras comunidades más pujantes demográficamente, cuando además un alto porcentaje de esos dos millones y medio es población mayor de 65 años. Sin embargo, ¿han hecho algo esos mediocres políticos radicados en Pucela para remediar esta situación y tratar de atraer población joven a nuestros territorios?

Nos dice Herrera que hace falta disponer de un “músculo financiero” potente en la comunidad autónoma para competir en los mercados financieros. Esto sencillamente es tomar a los ciudadanos por imbéciles. El proceso de fusión de las cajas de ahorro no es otra cosa que seguir centralizando todo lo centralizable, típica maniobra de la oligarquía pucelana. Ese músculo financiero sólo servirá para aplastar más la economía de nuestros pueblos y comarcas, y si no al tiempo. Nosotros les preguntamos a los próceres de la Junta: ¿porqué no dos músculos financieros, uno leonés y otro castellano?

Somos dos regiones, la leonesa y la castellana, y las políticas que hacen falta llevar a cabo en ambos territorios son diferentes, por lo que romper de una vez con el centralismo de Valladolid sería la mejor manera de hacer comunidad que es lo que les gusta decir a los políticos de la Junta. ¿No sería mejor tener dos sentimientos de comunidad que ninguno?

El mapa autonómico no está cerrado ni lo estará mientras siga vigente nuestra constitución que, en su artículo 2, reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones españolas, y en su artículo 143 se reconoce el derecho de las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes a constituirse en comunidad autónoma. Está claro que las provincias de Salamanca, Zamora y León tienen características históricas, culturales y económicas comunes, y con su millón de habitantes formarían una comunidad autónoma perfectamente viable. Hay estados en Europa con menos población. Además, si son viables comunidades autónomas como La Rioja, Navarra, Asturias, Murcia o Extremadura, también la Región Leonesa lo sería. Así que no engañen más a la gente y déjennos a los leoneses y a los castellanos por separado que nos desarrollemos y tengamos las mismas oportunidades que el resto de Españoles. Mientras esto siga como hasta ahora seguiremos en el furgón de cola del desarrollo y de la economía.

La estructura de esta comunidad autónoma es tan frágil que en cuanto el Partido Popular pierda la mayoría absoluta en unas elecciones autonómicas todo lo que ahora se dice que “está cerrado” se abrirá como un melón maduro. ¿Es que los intereses de la oligarquía pucelana van a ser más fuertes que el deseo de un millón de leoneses y millón y medio de castellanos de formar sendas comunidades autónomas perfectamente viables y mucho más acordes con la historia de ambos pueblos? No lo creemos.

La Región Leonesa como comunidad autónoma hace tiempo que tendría un eje vertebrador en la autovía y el ferrocarril de La Plata, dispondríamos hace tiempo de una conexión con el norte de Portugal, la autopista Astorga-León sería una autovía gratuita. Tendríamos la exclusiva de Centro Logístico del Noroeste, la provincia de Zamora no sería la última de España en desarrollo y en renta per cápita puesto que por su frontera con Portugal habría gozado del desarrollo de sinergias comerciales y económicas que la situarían a la altura de provincias como Cáceres o Huesca, además del beneficio que supondría para la ciudad de Zamora disponer de parte de las instituciones autonómicas Leonesas. La provincia de Salamanca, además de disfrutar de las mismas sinergias por limitar con Portugal y con Extremadura, sería un foco cultural de primera magnitud. Las dos universidades de Salamanca y León tendrían un tratamiento de financiación de la investigación acorde con la importancia de ambas. Hace tiempo que la sanidad estaría descentralizada disponiendo de, al menos cuatro hospitales comarcales, además de los hospitales provinciales y de dos facultades de medicina. La industria agroalimentaria gozaría en nuestra comunidad autónoma leonesa de prioridad inversora. La administración autonómica leonesa, contraria al centralismo, hace tiempo que habría comarcalizado los servicios mediante la creación de diversos consejos comarcales radicados en las cabeceras de comarca, realizando una función imprescindible para asentar población y frenar el envejecimiento de la misma potenciando el empleo rural. Las pequeñas ciudades como Benavente, Toro, Astorga, La Bañeza, Cistierna, Ciudad Rodrigo, Béjar, etc. se habrían redimensionado al disponer de las sedes de esos consejos comarcales, fortaleciéndose la red de poblamiento. Las Juntas Vecinales de nuestros pueblos habrían sido potenciadas, dotadas de financiación y modernizadas para que esa democracia rural ancestral, típicamente leonesa, se sitúe en el siglo XXI sin perder su función básica. Quizá esta comunidad autónoma leonesa estaría formada por cuatro provincias, siendo El Bierzo la cuarta por sus características históricas y su pujanza económica, pudiendo llegar a convertirse en el motor económico de la Región Leonesa. Y probablemente, a día de hoy, no seríamos un millón, sino millón y medio o dos millones los habitantes de la Región Leonesa.
La verdad solo tiene un camino. Si nosotros y los que piensan como nosotros decimos la verdad eso quiere decir que los que nos contradicen mienten. Nosotros apostamos por la verdad y la realidad de la Región Leonesa, ¿Alguien da más?

Firma:
José Manuel Aparicio Álvarez,
José Carlos Palacios Martín

1 comentario:

José Manuel dijo...

Saludos, soy uno de los coautores de DOS REGIONES y quisiera dejar aquí un comentario que no es más que mi humilde opinión.
En primer lugar, mi ideología leonesista ha quedado bien plasmada, creo, en el artículo, por eso no voy a abundar en ello. Pero sí quisiera hacer un llamamiento a la unidad. Hay diversidad de opiniones en el seno del leonesismo, diferentes maneras de defender lo que es de justicia para los leoneses, y no siempre los encontronazos entre leonesistas son amistosos. Las formaciones políticas UPS, PREPAL y UPL han dado ya tímidos pasos, CCRL como asociación implantada en las tres provincias también es un ejemplo, pero existen sin embargo multitud de personas sueltas y organizaciones, asociaciones, foros, blogs, etc. que, si bien intentan poner su granito de arena, caen con demasiada frecuencia en mutuos enfrentamientos estériles.
Creo que lo que hace falta es hablar de lo que nos une y actuar en consecuencia. Lo que nos separa a unos y a otros hay que meterlo en un cajón, por el bien del País Leonés.
Creo que deberíamos todos ir pensando en el horizonte del año 2020, aunque sea como fecha redonda, para encauzar nuestra lucha. La mayoría absoluta del partido que gobierna esta autonomía birregional no puede durar tanto y es necesario prepararse para ello, fortalecer nuestro movimiento y organizarse sumando no atomizando los esfuerzos.
Afectuosamente,
José Manuel Aparicio